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Parroquia San Ramón Las Mellizas –Mariapolis Lía

Invitación a participar apertura de Puerta Santa. Domingo. 24 de agosto, Catedral de San Nicolás de los Arroyos

Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo

Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo. La novedad esencial de la muerte está que el cristiano por el Bautismo está sacramentalmente “muerto con Cristo” para vivir una vida nueva: y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte física consuma este “morir con Cristo” y perfecciona así nuestra incorporación a El en su acto redentor y salvador. La vida no termina, se transforma: y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.

La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte.  Dios llama al hombre hacia sí y le ofrece un tiempo de gracia, como un Año Santo, para decidir su último destino según el designio divino. Por eso el cristiano puede experimentar hacia la muerte un deseo semejante al de quien dijo: “deseo partir y estar con Cristo” y puede trasformar su propia muerte en un acto de obediencia y de amor hacia el Padre. Si tuviéramos buena conciencia no temeríamos mucho la muerte, mejor sería huir de los pecados que de la muerte. Si hoy no estás preparado ¿Cómo lo estarás mañana? Así también diariamente nos encomendamos a la Virgen María en la hora de nuestra muerte y San José es patrono de la buena muerte. 

El cristiano que une su propia muerte a la de Jesús ve la muerte como una vida hacia El y la entrada en la vida eterna. Cuando la Iglesia dice por última vez las palabras del perdón de la absolución de Cristo sobre el cristiano moribundo, lo sella por última ves con la unción fortificante y le da a Cristo en el viático como alimento para el viaje. Le habla entonces con una dulce seguridad: la prenda de la Vida eterna en la Eucaristía.

Muerte de San José

Apostillas

 Ante la muerte imprevista. “Para mi es mejor morir en Cristo Jesús que reinar de un extremo a otro de la tierra. Lo busco a El, que ha muero por nosotros: lo quiero a El, que ha resucitado por nosotros. Mi parto se aproxima… déjame recibir la luz pura: cuando yo llegue allí, yo seré un hombre” (San Ignacio de Antioquía) Enorme minucia.

Accidente de Monseñor Carlos Horacio Ponce de León

CUANTA PENA!

GABRIEL REPETTO.

¿QUE SE HACE CON TANTO DOLOR QUE SE ACUMULA?

UNA PERDIDA MAS QUE SOBREVIENE PARA SOBRESALTARNOS.

GABRIEL, EL ALUMNO DE HACE TANTOS, AÑOS, EL COMPAÑERO FIEL DEL TRABAJO ENTRE LOS ADOLESCENTES, EL ALUMNOS DEL PROFESORADO, EL PSICÓLOGO APLICADO Y ESTUDIOSO, EL PROFESOR RESPONSABLE, EL DEPORTISTA Y AMANTE DEL AIRE LIBRE Y LA NATURALEZA, EL ENAMORADO DE SU BICICLETA DE SUS VIAJES INTERMINABLES…. EL QUE HABÍA COMPRADO UNA VIDA SANA PARA VIVIR PARA SIEMPRE.

QUE NOTICIA CRUEL E INESPERADA, AUNQUE SUPIÉRAMOS DE SU ENFERMEDAD.

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta

de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofe y hambrienta

A las aladas almas de las rosas…

de almendro de nata te requiero,:

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.

SEGURAMENTE SE HABRÁ ENCONTRADO CON LOS AMIGOS QUE YA SE FUERON ANTES, PARA CELEBRAR OTRA VIDA.